Imagen Lesión Isquiotibial

Lesión isquiotibial en fútbol

La rotura de la musculatura isquiotibial es una de las lesiones más frecuentes en fútbol, constituyendo un 12-16% del total de lesiones.
Aunque existen otros mecanismos para la lesión isquiotibial como son los estiramientos, tanto balísticos como a velocidad lenta, el mecanismo más frecuente en fútbol se produce durante el sprint, contabilizando un 57% de las lesiones en isquiotibiales.

Un estudio de la unión de asociaciones europeas de futbol (UEFA), realizado durante las temporadas 2001-2009 en un total de 24 equipos europeos, reveló que las lesiones musculares representaban un 31% del total de lesiones, de las cuales un 92% se produjeron en el miembro inferior en los 4 grandes grupos musculares: Isquiotibiales (37%), aductores (23%), cuádriceps (19%) y pantorrilla (13%).

La lesión isquiotibial es la más común representando un 12 % del total de lesiones.
Este tipo de lesiones conllevan una retirada del deportista de la competición y los entrenamientos de entre 8 y 25 días en función de la severidad y la localización.
Además, un tercio de estas tienen un gran riesgo de recaída, debido a un mal programa de rehabilitación o una prematura vuelta a la competición.

Otro estudio, realizado en la élite del fútbol australiano, encontró que la lesión isquiotibial era la de mayor incidencia y conllevaba la mayor pérdida de tiempo de competición, con un 16% del tiempo perdido y una alta tasa de recaída en torno al 33%, resultando en grandes pérdidas tanto económicas como de rendimiento para los equipos.

El grupo muscular isquiotibial está compuesto por el bíceps femoral (BF) (cabeza larga y corta), el semitendinoso (ST) y el semimembranoso (SM)

Conforme a esta disposición anatómica, el mecanismo lesional de estos músculos difiere de unos a otros.
Cuando la lesión se produce en carreras de alta velocidad, lo hace especialmente durante el final de la fase de oscilación del sprint, en la que los isquiotibiales se encuentran activos, estirados y absorbiendo la energía de la aceleración de la pierna preparándola para el contacto del pie con el suelo.
El mayor momento de fuerza es producido por el BF, el cual tiende a lesionarse en estas situaciones con mayor frecuencia frente a los otros dos.
La lesión suele ocurrir a lo largo de la unión miotendinosa, la aponeurosis y las fibras musculares adyacentes.
Por lo tanto, durante las acciones de sprint, si los isquiotibiales tienen fuerza insuficiente para desacelerar la extremidad durante la última parte de la fase de oscilación, la sobrecarga excéntrica podría causar desgarro en la unidad músculo-tendinosa.
Además, si los músculos isquiotibiales carecen de flexibilidad suficiente en este momento, pueden ser estirados más allá de su capacidad de alargar, resultando en un desgarro muscular.

Sin embargo, encontramos lesiones que ocurren durante acciones como bailar o lanzar una patada, en una flexión de cadera y extensión de rodilla, que implican un gran estiramiento de la musculatura isquiotibial, ocurren con mayor frecuencia sobre el SM y su tendón proximal.
A veces encontramos lesiones del SM combinadas con aductores, como el aductor mayor, en movimientos de separación en el plano frontal, como puede ser en deportes como el tenis.

Otro mecanismo lesional descrito por Askling et al. para la musculatura isquiotibial es el estiramiento mantenido a velocidad lenta.
Este estudio muestra de forma sistemática que los ejercicios de estiramiento con una combinación de flexión de la cadera y extensión de la rodilla pueden dar lugar a un tipo específico de lesión por tensión en la parte posterior del muslo.
Este mecanismo es descrito por este estudio principalmente en bailarines, no obstante, también puede darse en otras modalidades donde los deportistas están sometidos a este mecanismo lesional.